¿Quién dice que ser la oveja negra es malo? Simplemente es
ser diferente, es escapar de lo establecido por aquellos que no tienen ni idea,
no tienen más razón que la suya propia, pura subjetividad.
Todo son opiniones, hasta determinar quién es y quién no.
¿Dónde está el punto de inflexión entre una y otra? Ni todos los buenos lo son
tanto, ni los malos tampoco… Aunque a veces el lobo se esconde bajo la piel de
cordero, así que ni siquiera puedes fiarte de las primeras impresiones porque
no son ciertas, bueno, el tiempo dirá.
Escribo para imprimir y borrar a su vez la rabia, la
irascibilidad que se apega a mis entrañas, la que necesito liberar por estar
cargada de demasiada amargura, de injusticia…
Pena, por no poder liberar los ojos, ni las mentes… y menos
los corazones de la sin razón.
Tristeza de no poder hacer ver otras dimensiones, otras
alternativas, que hay diversas perspectivas de ver la vida y ninguna es más o
menos correcta, todas son únicas a un ser y a la misma vez compartidas con
otras individualidades dentro de la sociedad, que es la que se reconoce y
catalogan como grupo. Aunque tal vez lo más fácil es catalogar dos únicos
grupos: “Gente tóxica” y “Gente no tóxica” y a partir de ahí decidir hasta
donde estamos dispuestos a ir, qué raya queremos cruzar, por cuanto tiempo y
las consecuencias de ello.
La infelicidad de los demás nos puede hacer la vida
imposible, nos puede amargar tanto que incluso nosotros podemos caer en la
trampa e ir creando una cadena de toxicidades sin fin. Por eso hay que cortar a
tiempo, hay que alejarse por lo menos un mínimo de tiempo y espacio para no
contagiarse, hay que ser como se es y hacer oídos sordos al veneno envuelto en
papel de regalo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario